Redada anti neonazi en Alemania

Se prohíben tres organizaciones ultras y 900 policías registran 146 locales y casas

Los violentos, unos 25.000, ganan adeptos al acercarse al deporte y al ecologismo

Varios objetos de parafernalia nazi y armas de las incautadas por la policía de Renania del Norte-Westfalia. / CAROLINE SEIDEL / AFP

Apenas entró en vigor ayer a las 0:00 horas la prohibición de tres organizaciones neonazis por parte del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste de Alemania, se lanzó a la calle un efectivo de 900 policías en una operación masiva de redadas en plena noche, en Aquisgrán y varias localidades de la cuenca del Ruhr. Al menos 146 domicilios y locales fueron registrados hasta la madrugada. No hubo detenciones, pero un portavoz policial confirmó que se habían confiscado centenares de objetos de parafernalia nazi, armas, granadas de fabricación casera y pistolas de gas lacrimógeno, además de docenas de ordenadores y teléfonos. La operación abre «grandes agujeros en las redes neonazis», dijo el portavoz.

Las tres agrupaciones prohibidas son Kameradschaft Aachener Land, que operaba en Aquisgrán y alrededores, Resistencia Nacional de Dortmund, y Kameradschaft Hamm. Todas son consideradas xenófobas, racistas, antisemitas y violentas. La última es además sospechosa de «actividades terroristas».

La redada forma parte de la investigación abierta en noviembre de 2011, cuando se descubrió por casualidad que al menos nueve asesinatos de extranjeros no habían sido atracos o ajustes de cuentas, como constaba oficialmente, sino crímenes racistas de la organización Clandestinidad Nacional Socialista. Lejos de cerrar la investigación, los registros abren una nueva vía. En la vivienda de un miembro de Dameradschaft en Dortmund se hallaron 1.000 carteles de propaganda del partido de extrema derecha NPD (Nationaldemokratische Partei Deutschlands), prueba de la relación de esta formación política con grupos neonazis violentos. «Es la oportunidad para la prohibición del NPD», reaccionó el ministro de Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger, tras remitir los datos a una comisión federal que podría interponer la demanda.

La operación supone además un punto y aparte en la actuación de los servicios secretos alemanes (BND) que sirve de carta de presentación de su recién nombrado nuevo director, Gerhard Schindler. A un año de las próximas elecciones generales, la canciller Merkel no puede permitirse las reiteradas y ácidas críticas sobre la inoperancia del BND y sus numerosos infiltrados en la extrema derecha, que en lugar de servir para tener controladas a las organizaciones más peligrosas han estado entorpeciendo operaciones policiales e impidiendo juicios en los que hasta la mitad de los encausados en alguna ocasión resultaron ser agentes secretos.

Schindler, como demostró ayer, viene a imponer mano dura, consciente de que es urgente poner freno por vía policial al creciente éxito de estas organizaciones neonazis entre la juventud del país, cuya pertenencia a grupos de extrema derecha aumenta en unas 600 personas por año. Actualmente la escena neonazi más violenta cuenta con 25.000 seguidores en Alemania, repartidos en 200 agrupaciones locales. Unos 10.000 son o han sido militantes del NPD.

El presidente de la Oficina Federal de Protección de la Constitución, Heinz Fromm, advierte del éxito que está logrando la estrategia de la extrema derecha alemana de identificarse con movimientos deportivos y ecologistas. Si la presencia de neonazis en los campos de fútbol es habitual desde hace décadas, la publicación de revistas supuestamente ecologistas resulta una novedad y atrae a un nuevo público. Según el experto en neonazismo Bernd Wagner, fundador de la iniciativa ciudadana Ausgang (salida), «fomentan subliminalmente el miedo a los productos extranjeros, consideran bajo amenaza a la raza blanca y llaman a una lucha apocalíptica contra el sistema».

El más claro ejemplo de estas publicaciones es Umwelt & Aktiv (Medioambiente Activo), que pertenece al grupo Junge Freiheit y es editado por Christopher Hofer, ex líder del NPD en Baviera. Su apariencia es similar a otras revistas de este género, pero junto a la información sobre productos bio, previene contra la «extinción biológica y espiritual del pueblo alemán», debido a modificaciones genéticas en productos alimenticios, pide el boicot a productos extranjeros y contiene una sección titulada Heimatschtuz (Protección a la patria), que da cabida a contenido abiertamente afín a la extrema derecha. Esto es lo que habría permitido a candidatos del NPD en varias elecciones regionales convertir los temas ecologistas en sus principales mensajes de campaña, comiendo terreno a Los Verdes.

Un informe publicado el pasado mes de enero por la fundación Heinrich Böll y centrado en Mecklenburg-Antepomerania, estado en el que el NPD tiene cinco diputados, ya advertía de esa mutación de la ultraderecha hacia los temas ecopacifistas. La directora del informe, Susan Schulz, detecta «una gran operación de captación de público atraído por el contenido aparentemente inofensivo de campañas ecologistas que progresivamente se van tornando más radicales y desembocan en xenofobia».

Schulz también advierte una presencia creciente de grupos de extrema derecha en asociaciones o clubes. Este verano, la remera alemana Nadja Drygalla ha sido expulsada del equipo olímpico por la pertenencia de su novio a una organización neonazi y por sus relaciones con personas de ese ámbito, pero para las autoridades resulta difícil establecer una línea punible desde el estatus de simpatizante hasta el de pertenencia a organización ilícita. Esta gran redada deja claro que Schindler abre una nueva etapa al frente del BND y no titubeará al operar con contundencia en esa zona difusa.